La ciudad de Alterión

 

…y dijo Alterión. Yo se que debido a mi investidura muchas cosas que me dicen, no son ciertas y por el contrario, muchas cosas que no me dicen son verdades irrefutables. Cruza de humano con centauro. Heredé de este la parte superior de mi cuerpo y de los humanos, la parte inferior. Todos me dicen que soy normal físicamente pero yo se que mienten. Por momentos me siento como aquel rey que andaba desnudo por las calles sin que nadie se atreviera a decírselo. Tampoco creo en los espejos que me devuelven una imagen normal porque intuyo que de alguna forma están arreglados. Aun no he descubierto cómo. Yo percibo, de todas maneras, algo monstruoso en mí cuando miro la normalidad de la imagen en el espejo. En cuanto a mi comportamiento, por lo demás, es muy normal y rayano en el sumun de la moral y las buenas costumbres. Es cierto que tengo varias muertes en mi haber pero solo fue en aras de la educación y el buen ejemplo. También es cierto que a varios de mis enemigos los devoré pero eso solo es con el fin de dejar que la naturaleza siga su curso en la cadena alimenticia. Me hogar es basto, algunos dicen que infinito, es una inmensa ciudad cruzada por múltiples calles. Desde mi castillo de piedras, que alguna vez fueron rojas pero que el tiempo las ha descolorido, contemplo y vigilo, como deidad injusta, el desarrollo de sus infelices vidas.

Gustavo Costas 11-7-07